Nunca se olvida el arte de tejer mundos en las estrellas,
de tener la luna dentro de la cabeza...
y en mi cabecita siempre hay luna llena...

lunes, 29 de noviembre de 2010

JITANJÁFORA 3: Binomio mágico y prosopopeyas

Domingo, 28 de Noviembre de 2012
El tercer programa. 
Binomio mágico maullido-talismán y prosopopeyas.
La cosa viento en popa. Nacho y Pati me hicieron reir y me sentí, salvo en un par de ocasiones en las que se me trabó un poco la lengua, como si estuviera en mi casa charlando con mis amigos. Estaba excitada y feliz, por la respuesta de todo el mundo, por las aportaciones a partir del reto del programa anterior con respecto al binomio mágico "maullido-talismán". También algo agobiada, porque veía que tenía material para tres programas. Pero eso es bueno ¿no?. Incluso me dio tiempo de hablar de las prosopopeyas.

Mil gracias a todos los que colaboraron.
:)



Las aportaciones de nuestros oyentes-amigos:


SANTIAGO BLASCO- ALIAS INDALECIO
Lo único agradable que recuerdo de mi infancia eran las tardes que
pasaba sentado en las escaleras de la puerta de casa y que aparecía aquella
gata granadina de colores desordenados. Se sentaba a mi lado y empezaba a
ronronear, o se hacía un ovillo y se quedaba dormida. Aquel ronroneo era lo
único que conseguía relajarme y que me olvidara de todo. No recuerdo cuando
fue la primera vez que la ví ni tengo ni idea de si tenía dueño, pero
aquellos maullidos que soltaba antes de cruzar la esquina para venir donde
estaba parecían decir - "que estoy aquí, que ya llego"-. Esos maullidos eran
mi talisman. Nunca le puse un nombre, para mi siempre era la gata granadina
que se sentaba conmigo en el porche y se ponía a ronronear. Los nombres
cortos para animales como "Nico", "Tobi" o "Lalo" son muy prácticos para
llamarles, pero me parecen ridículos. Yo prefería llamarle la gata granadina
que se sentaba conmigo en el porche y se ponía a ronronear por dos razones.
La primera que no me hacía falta llamarla, porque aparecía y se iba cuando
le daba la gana y la segunda porque si pensaba en ella como la gata
granadina que se sentaba conmigo en el porche y se ponía a ronronear todo el
tiempo que repasaba mentalmente ese nombre no pensaba en otra cosa. No tenía
nada bueno en que pensar.

SANTIAGO JURADO- ALIAS EL CRUCIS
"La alargada sombra me advierte de que, en lo que cuesta arrancarse un pelo de la cabeza, cruzaré por debajo de una escalera apoyada en la fachada de un establecimiento desprovisto de la necesaria luz para despachar adecuadamente a la clientela.
Como no me importa, entro y me siento, con la esperanza de que hoy pueda regresar a mi casa bien alimentado. El camarero, que aunque es tuerto y me mira mal, cosa que me repampinfla, me avisa de que sólo habrá platos fríos, que podré devorar al amparo de la luz natural. Y en mi torpeza, derribo el salero. El cloruro sódico se desparrama, y me río satisfecho.
y a lo que acabo y pago mi cuenta, el maullido del gato que desde siempre alimentan allí, todo negro él y vigilante de lo que pasa, precede a su cruce por delante de mis piernas. Como no caigo, el extraño movimiento de mis extremidades me equiparan a un bailarín experto, antes que a un posible nuevo accidentado. Y salgo de nuevo al exterior, siempre sonriente.
Deslizo mi mano dentro del bolsillo para acariciar mi talismán. Mi talismán que me protege contra todo mal. Pero no está allí. Lo olvidé en la mesilla del dormitorio. Y de inmediato, en parte distracción mía, en parte desprecio a la vida ajena del conductor, soy atropellado en mitad de la calzada.Y sin haber comido caliente."

XCAR
Al oir el maullido de aquel gato, me vino a la cabeza la frase que siempre dice mi amigo Kalitos sobre Robin Hood: "Si fuera gato, tendría que salir de casa con las llaves colgadas del cuello". Vamos, como si fuera un talismán.

REBEKA ARAKNÉ- LA ENCONTRARÁS COMO LADY SADE EN LA RED
Al ponerse la noche su traje más coqueto, vi aventurarse tras la ventana mi tímida imaginación bailando una danza un tanto extraña...mis ojos se posaron en el marco blanco del ventanal y se limitaron a contemplar tan dichosa escena.
Contoneos, sonrisas...sueños disfrazados de picaresca ironía...
Mis gestos, ambiguos y pausados fueron tomando un aire cada vez más dulce y extraño...y vi como mis brazos se tornaron patas...y vi como mis pupilas verdes se dilataron...pues mis ojos verdes ya no eran los míos, eran la mirada fiera de un manso gato...
Un maullido bastó para que las ilusiones saltarán más allá del ventanal...un maullido dulce que parecía más que un quejido un susurro sin piedad...
Buscando a la luna, mi sombra gatuna rodeó a las estrellas...y mi alma sumisa, en la cama postrada maldijo mi desdicha...Y cantando infortunios, me lié entre las sábanas para no tener miedo...
Desde el cielo infinito, el gato de mis entrañas, el reflejo oscuro de mis mejillas...me contó que sus zarpas eran el talismán de mis sueños perdidos...que si confiaba en su suerte y en sus desventuras me llevaría al País de la Eterna Sonrisa...solo tenía que confiar y no tener prisa...
Solo tenía que esperar tranquila al alba...cuando el maldito insomnio, artífice de mis paranoias...quisiera trasnformar al gato en alborada...solo unas horas más para que la suerte, me bañase de nuevo con la luz del día...

EL CASTRO- CANTANTE DEL GRUPO CRISÁLIDA
Aquella noche, mil maullidos de mil gatos negros auguraban que la peor de las condenas posibles podría caer sobre mí. No tenía ese presentimiento desde que la peste bubónica asoló Europa y, posteriormente, “Enrique y Ana” decidieron separarse para siempre. Ante semejante panorama, opté por rescatar del armario mis gallumbos talismán, me enfundé mis camperas de la fortuna, cogí mi sable de luz, y ensillé a Bucéfalo. “¡Rumbo a Las Vegas!”, le ordené mientras masticaba el último chicle anti-ludopatía que había adquirido en un colmado del barrio de La Jota. “¡Y una mierda!”, me contestó el corcel. “Vamos a Gran Escala, que está mucho más cerca, y yo ya no estoy pa´ estos trotes”… Crucé los dedos. Toqué madera. Recé mis oraciones. Hice trampas. Pero la susodicha maldición debió resultar demasiado densa para mis amuletos… Como de costumbre, volví a casa sólo, borracho, sin blanca, sin móvil y, además, en tranvía. Bucéfalo triunfó. Menuda jaca, el muy cabrón...

V. MONAHAN
“-¡Sandokan!, ¡te he dicho mil veces que no se juega con mi talismán! Venga, va, devuélvemelo… Oye, y no me pongas esa cara como si no me entendieras, que sabes muy bien de lo que te hablo. Me conoces perfectamente, ¡sin ese buho de la suerte enredado en mi mano no puedo dormir! Es peligroso.
¡Que no mires para otro lado, tigre! Como siempre, vas a lo tuyo; tus juegos, tus cacerías, tus intrigas y tus amoríos... Ainssss, no crees que deberías de dejar de correr detrás cualquier hembra que te ponga ojitos... ¡Si es que sois todos iguales! ¡Qué pena, por Dios!
- Miaowwww!
- Míralo, ¿ves?, aquí está, enredado en tu pata. Un maullido y lo solucionas todo, pero a mí no te me vas a camelar, pedazo de gato truhán! Anda, levanta de la cama y date un paseo por ahí, ¡golfo, más que golfo!”

LA MUJER DE LOS COLORES- ENCARNA REVUELTA

UN MAULLIDO DE AZUL INTENSO
Un hombre y una mujer. Nunca llegué a saber sus nombres. Pero lo que si puedo decir es que se enamoraron una noche en la playa. La luna reinaba en el cielo y las estrellas jugaban sobre ellos.
Ambos se miraban a los ojos y sus corazones latían rápidamente. Tanta felicidad concentrada en un momento les hacía sentirse inmensamente dichosos.
Sin que se dieran cuenta el día abrió sus puertas al amanecer y una pequeña bola de fuego apareció en el horizonte. Era el momento de decirse adiós. 
Entre caricias, abrazos y besos se despidieron prometiéndose que al día siguiente se volverían a encontrar en el mismo lugar.
Cuando cada uno llevaba sus pasos en distintas direcciones, él se volvió hacia ella y desprendiendo de su cuello un cordón con una pequeña piedra de un azul intenso, se lo puso a ella y le dijo que era un talismán que le daría suerte. Un último beso dulce y amargo hizo que el talismán ardiera entre ellos y se fueron poco a poco separando  hasta que se perdieron de vista.
La mujer estaba muy feliz, pero cuando se disponía a ir hacia el autobús, un individuo apareció y, creyendo que era una joya lo que colgaba del cuello de la mujer, intentó quitarle el talismán. Ella, opuso resistencia y forcejeó con el desconocido. El, nervioso, sacó una navaja y le asestó una cuchillada mortal en el cuello.  El cordón del talismán se rompió y desapareció. La mujer quedó tendida en el asfalto. El maullido de un gato le hizo desviar su última mirada y vio la piedra reluciente entre las patas del felino. Después… cerró los ojos para siempre.

Todos los días, el amante se dirige solitario hacia la playa donde espera encontrarse con la mujer de la cual se enamoró. Extrañamente, el maullido de un gato le acompaña. 

PEPA
UNA HISTORIA REAL

Hoy es lunes.
Los lunes, aparte de ser lunes, se corre un riesgo adicional, sobre todo si eres uno de mis gatos.
Mis gatos, a veces, se van a pasear por los tejados del barrio y vete tú a saber dónde pueden acabar: en la perrera municipal, en la ventana de los vecinos, a pie de calle investigando los entresijos en una obra cercana, etc...
Con ellos nunca se sabe.
Conmigo, tampoco.
Pero he desarrollado una técnica de búsqueda para momentos de emergencia (bueno, estoy en ello).
Cuando ya llevan cierto tiempo sin aparecer y mi espíritu empieza a no dejarme en paz, comienzo un ritual en el que pongo toda mi esperanza, y durante el cual salen de mi boca sapos, culebras, palabrotas, japos... aunque esté desempeñando dicho ritual con muuuuuuuuuuuuuuuuucho amor.
RITUAL:
- Salgo al tejado cuando anochece y grito el nombre del gato en cuestión mientras agito un cuenco con comida de gato.
- Me meto en casa, diciendo tacos, y empiezo a elaborar carteles para colocar por el barrio.
- Me pongo de los nervios.
- Más juramentos.
- Cuando cae la noche-noche y casi no hay ruido en las calles, bajo con los carteles, y mientras los coloco llamo al gato o gata, ya que si me oyen, sé que contestan. Y ... suele funcionar.
Para mí, el talismán encuentra-gatos es un maullido. ¡Miauuu! ¡Miauuuu!.
Reconozco el timbre del gato, hago oído y empiezo a guiarme. Creo que el sonido viene de allí... ¡no! ¡no! viene por allá. Y así hasta que lo encuentro.
Pero lo encuentro.
Hoy es lunes y voy a abrir la puerta de casa. ¡Uffff! estamos todos. (Suspiro).


Acabó el programa con una pocas "prosopopeyas" o personificaciones de ficción. Y mi granito de arena en forma de cuento. Leí la versión cortita porque no había más tiempo y que os pongo aquí. La versión completa para otro día, que ya lleváis también mucho rato leyendo.

¡¡Besiños!!

 

ENCANTADO DE HUNDIRTE TITANIC
    Soy iceberg porque me cansé de ser sólo hielo indiferenciado del resto. Sobre todo por la insulsa conversación del agua congelada que me rodeaba. De donde yo vengo al agua congelada la llamamos “la portera” por algo. Pero también porque de pronto recordé que tenía una misión importante. Entre tanta cháchara sin sustancia me adormecí olvidando que estaba aquí para cargarme este planeta. Era eso para lo que me habían enviado, para lo que había estado viajando a través del espacio desde muchos soles de distancia. Fui el único que se presentó voluntario, a pesar de que todos eran capaces de ver la tremenda amenaza que representaba, por la crueldad que se anticipaba en las formas de vida que se iban generando. Queríamos evitar que esos seres llegasen a tener una conciencia mayor, pero por desgracia, no conseguí hacer mucho. Fracasé nada más llegar, y la evolución siguió su curso mientras yo me recuperaba. Siguió su curso derechita hacia los humanos. Maldito el día en que aparecieron esos bípedos egoístas que piensan que son los únicos que tienen cerebro. En el satélite de la estrella de la que provengo hay carámbanos que superan a los científicos más renombrados de aquí.
    Por haber fallado en mi misión inicial ahora estoy atrapado. Tan sólo conseguí extinguir a los dinosaurios. Meteorito de hielo fui. Y ahora ya veis, un simple iceberg que vaga con la esperanza de ir cargándose humanos a base de hundir barcos. Eso sí, no pienso cejar en mi empeño. Ya les fallé a los míos, así que mi penitencia será no evaporarme hacia el espacio para regresar hasta que no consiga algo importante, algo que me sirva de atenuante para evitar que me disocien cuando vuelva. Ya tengo en mi haber, aparte de lo de los dinosaurios, el diluvio universal y unos cuantos cientos de barcos llevados al fondo del mar. Pero no es suficiente.

Se acerca un buque enorme. Oigo muchas voces. Esto es genial. Me cansaba ya de darle vueltas a la molécula de pensar. Si me dejo llevar por la corriente de la derecha lo alcanzaré de lado, de forma paralela a su avance, y le haré más daño. Acércate bonito que vamos a bailar un vals mecidos por las olas. ¿Cómo te llamas? Encantado de hundirte “Titanic”.

2 comentarios:

latro dijo...

¡Qué gozada! Pensaba que este tipo de cosas no iban conmigo, pero estoy enganchado. El programa tiene una atmósfera relajante y cálida, la música está muy bien elegida(me recuerda a las pelis de Woody Allen) y tanto la voz de Nacho como la tuya me dan mucha paz.
La variedad de los relatos es tremenda, desde el desenfado hasta la tristeza que provocan. Y espero, no te olvides, la versión íntegra del Iceberg que hundió al Titanic.
Y el que más me ha llamado la atención es el que ha leído Nacho, que no lo has llegado a subir, no tanto por el texto en sí -que también- si no por la a mi juicio sorprendente entonación.
Por cierto, en esta ocasión no has propuesto tema para participar, ¿no?

Apolonia dijo...

jolín... si no había visto tu comentario... ainsss

gracias Latro... no sabes la ilusión que me hace todo lo que dices, :)

el texto de Nacho no lo he colgado porque no lo tengo, ya que lo leyó en antena directamente de su ordenador sin pasar por mis manos, aunque podría transcribirlo a partir del audio... lo apunto en pendientes...

como se me alargó un poco el tiempo no me dio tiempo a plantear el tema para participar... cachis... pero este domingo tengo programa y habrá sorpresitas y retos...

Mil besos!!