El VIGÉSIMO SEGUNDO programa.
NOVELA NEGRA
¿Conoces la novela negra?
¿Sabes dónde y por qué surgió este sub-género literario?
¿Sabes qué la diferencia de la novela policíaca?
¿Sabes por qué se llama "novela negra"?
PETER MAY: "La novela negra es una exploración del alma humana"
DADLE AL PLAY:
CUENTO
(Música de fondo La mer de Debussy )
La guitarra
por Apolonia
por Apolonia
Allí todos sabían tocar. Por eso el verdadero concierto empezó después, en los camerinos, alrededor de la mesa llena de latas de cerveza y porciones de pizza a medio comer. Las tres habitaciones y el pasillo que llevaba a las duchas del complejo, estaban atestados de gente. Amigos de amigos y fans, algunos ni siquiera habían pagado entrada, con el pase al back stage conseguido a golpe de teléfono para tener cena gratis. Ella nunca había estado en un sitio así. Nunca tras el escenario, nunca después de una actuación, nunca con ese tipo de gente. Se sintió decepcionada porque esperaba otra cosa, como bebidas caras, sillones de cuero negro y trajes de diseño. Aprovechó que nadie le hacía caso a la comida ni a ella para llenarse la mochila de pastelitos de chocolate y frutos secos. Localizó al amigo de su amiga, el segundo guitarra, , para que le presentara a los demás. Hacía mucho calor a pesar de correr el aire desde el río a través de las ventanas abiertas de par en par. Demasiada gente. Dos besos a cada uno y quítate del medio. Alguien la empujó cuando todos se revolucionaron al llegar la mujer del cantante. Traía un regalo de cumpleaños: la carísima guitarra que desaparecería más tarde. Otro empujón. Esta vez se hizo daño en la pierna con el canto de la mesa. No se quedó mucho rato. Tampoco tenía nadie con quien conversar, ni siquiera con el amigo de su amiga, porque lo había conocido aquella misma tarde, poco antes de que abrieran las puertas del concierto. Además, le agobiaban las risas exageradas por el alcohol y las drogas. La música que venía de alrededor de la mesa, no compensaba el ruido, ni tampoco la presencia de tantos babosos faltos de sexo. Se sentía invisible, fuera de lugar, por eso alrededor de media noche ya estaba en casa, así que no, no sabía cómo ni cuando podía haber desaparecido la guitarra, que ni siquiera había llegado a ver con el tumulto. Sentía que el tal “Lini”, que para ella no era “Lini”, sino el Tomás, el amigo de su amiga, hubiera aparecido ahogado en el río dos días después, y sí, era muy fan del cantante y del primer guitarra, pero ella de guitarras entendía lo mismo que de fontanería, o sea nada.
No la entretuvieron mucho. Estaban interrogando a todos los que estuvieron aquella noche en los camerinos de “Las Playas”, pero ella no era sino una fan a la que habían colado y que tan sólo quería que le presentaran a los del grupo. Casualidad que tuviera una amiga en común con el segundo guitarra, casualidad que fuera el muerto. Desde luego, aquella universitaria de vaqueros y mochila, con el pelo recogido en una coleta y sin la más mínima presencia de maquillaje en la cara, no parecía sino lo que era: una cría.
Volvió despacio, dando un paseo. Antes de subir al piso decidió tomarse un vino con la camarera del bar de abajo y contarle como le había ido por comisaría. Cuando empezó a llegar el rebaño habitual, se despidió con una excusa: tenía la casa demasiado desordenada. Al entrar por la puerta se le echó encima el olor a cerveza y tabaco. Se miró con un mueca en el espejo del recibidor, lanzó el bolso a un sillón y se tiró sobre el sofá con el mando de la tele en la mano. En ningún canal había nada que le apeteciese ver, así que la apagó. Recorrió la habitación con la mirada. Pensó que la excusa era una certeza, porque tenía que darle un buen repaso a la casa. Después de los últimos días parecía una mezcla entre puesto de ropa en el rastro y barra comunitaria en las fiestas del barrio, con la ropa tirada de cualquier manera por todas partes, comida, latas y platos sucios en cada rincón. Pero encima de la mesa grande no había ni desorden ni suciedad. Se levantó y se acercó a ella. Al levantar la guitarra y leer el pos-it rosa que había pegado en ella, una sonrisa imprecisa se dibujó en su cara: “Para la más bonita. De tu Lini”.
No la entretuvieron mucho. Estaban interrogando a todos los que estuvieron aquella noche en los camerinos de “Las Playas”, pero ella no era sino una fan a la que habían colado y que tan sólo quería que le presentaran a los del grupo. Casualidad que tuviera una amiga en común con el segundo guitarra, casualidad que fuera el muerto. Desde luego, aquella universitaria de vaqueros y mochila, con el pelo recogido en una coleta y sin la más mínima presencia de maquillaje en la cara, no parecía sino lo que era: una cría.
Volvió despacio, dando un paseo. Antes de subir al piso decidió tomarse un vino con la camarera del bar de abajo y contarle como le había ido por comisaría. Cuando empezó a llegar el rebaño habitual, se despidió con una excusa: tenía la casa demasiado desordenada. Al entrar por la puerta se le echó encima el olor a cerveza y tabaco. Se miró con un mueca en el espejo del recibidor, lanzó el bolso a un sillón y se tiró sobre el sofá con el mando de la tele en la mano. En ningún canal había nada que le apeteciese ver, así que la apagó. Recorrió la habitación con la mirada. Pensó que la excusa era una certeza, porque tenía que darle un buen repaso a la casa. Después de los últimos días parecía una mezcla entre puesto de ropa en el rastro y barra comunitaria en las fiestas del barrio, con la ropa tirada de cualquier manera por todas partes, comida, latas y platos sucios en cada rincón. Pero encima de la mesa grande no había ni desorden ni suciedad. Se levantó y se acercó a ella. Al levantar la guitarra y leer el pos-it rosa que había pegado en ella, una sonrisa imprecisa se dibujó en su cara: “Para la más bonita. De tu Lini”.
Nos despedimos escuchando "Satin Doll" de Duke Ellington.
¡Os espero en la próxima jitanjáfora!
¡¡Besiños!! APOLONIA
2 comentarios:
¡Hola!
Esta vez si que lo he escuchado...me encanta como haces la voz del lobo. Sobre la novela negra no tenía mucha idea, sí sobre algunos autores, como Henning Mankell o Vazquez Montalbán. Pero no conocía el contexto histórico en el que se creó este género literario, así que me alegro de que sacaras el tema a colación. Por lo que veo es muy similar a la novela policíaca, casi se confunden los géneros.
Un libro muy poco conocido que no sé si se podría tomar como "novela negra" es "Asesinato en el jardín de Sócrates" de Sasha Berts. Es un libro que va de un griego que ha de investigar la muerte de un campeón olímpico, y que los hombres de poder tratan de que no se sepa la verdad, e intentan inculpar a un delincuente común...y el protagonista ha de desenmarañar todo. A mi me moló porque además el tema de los griegos me resulta interesante desde que estudié filosofía en bachiller...y en este libro salen personajes históricos como Sócrates, Platón o Critias...
Y bueno, sobre el cuento...es curioso...el tal Lini muere, pero no obstante, cuando veel post-it sonríe...si yo leo ese post it y se acaba de morir el tio...creo que aún me daría más pena.
Bueno...ya nos veremos...¡besos!
¡Hola Goe! Yo en mi línea, respondiendo a los comentarios tarde tarde, ainss
¡Me alegro de que te haya gustado!
Y no conozco el libro del que me hablas, pero tiene muy buena pinta. Me gusta mucho el mundo de la filosofía socrática y presocrática, :)
Respecto al cuento, lo mío no es la novela negra a la hora de escribir. Hice lo que pude, pero se quedó en un simple misterio. Yo para mí que ella es la asesina, jajajajajajajajajajaja
¡Besiños!
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