Nunca se olvida el arte de tejer mundos en las estrellas,
de tener la luna dentro de la cabeza...
y en mi cabecita siempre hay luna llena...

lunes, 3 de octubre de 2011

CHAPEAU

Fotografía de Carla Van de Puttelaar

Estaba enamorado de una pero las necesitaba a todas. La pelirroja de ojos de gato le llevaba en coche al trabajo, la rubia de piernas largas le compraba ropa, la morena de pechos enormes le ayudaba con los papeles, la castaña de piel blanca le hacía postres. Las noches de lunes: pelirroja. Las de martes: rubia. Las de miércoles: morena. Las de jueves: castaña. Los fines de semana para Teresa. Hasta que se le ocurrió enlazarlas a todas en su blog.

APOLONIA
 

6 comentarios:

Goe dijo...

La que le gustaba era Teresa ¿No?...porque con ella pasaba los findes, además de que interpreto que las describes como las ve el protagonista del relato...y es a la única que la ve con un nombre, las otras son la rubia, la morena, etc

Espero que no le pusiera los cuernos a Teresa con el resto de tías...porque de ser así, que cabrón

Apolonia dijo...

Bueno, bueno, Goe...
digamos que era un manipulador que se aprovechaba de todas. Aunque estaba enamorado de Teresa, también estaba con las otras, y a cada una le sacaba una cosa diferente, y por supuesto, se acostaba con todas: una para cada día de la semana...
jajajajajajajajajajajajajajajaja

Goe dijo...

que asco de tio

Anónimo dijo...

Pues ocurrió que durante una corta temporada, me sucedió algo así. Sin pretenderlo fue así: el lúnes en Teruel, el martes en Valencia el Miercoles Benidorm, jueves Alicante y el viernes de regreso al hogar casi no podía sostener el volante del coche. Al principio me llenó de fátuo orgullo, a ninguna le mentí, jamás inventé una situación desgraciada ni que dejaría a mi familia, la cosa era cena, copa en pub y...traka, yo creo que me esperaban. A la tercera ronda triunfal,eran las primeras semanas de cada més, tuve que dejarlo...se me doblaban las piernas y sentía que se me escapaba la vida, además me encontré culpable de desatender a mi verdadero amor, no tuve problemas de conciencia pero la soledad en los viajes se hace eterna. Tan sólo una me complicó bastante la vida cuando decidí dejarlo. Las otras estaban de acuerdo en una relación esporádica y sin ataduras. Recuerdo a todas con simpatía, pero no volvería a dejarme llevar. Ahora escribo algunos de mis recuerdos.

Apolonia dijo...

Caramba anónimo. ¿Por qué será que no me sorprende el relato de tu recuerdo? Vivo rodeada de historias como la tuya, pero tuviste suerte de que tan sólo una intentó complicarte la vida. A mí me hace gracia a veces la ingenuidad de algunos hombres con este tema, porque ellos pueden ser infieles gracias a que ellas también lo son. Estoy de acuerdo en que la soledad impuesta de los viajes no es buena compañera. Todos somos humanos. ¿Algún recuerdo más que quieras compartir? Te advierto que yo luego lo utilizo casi todo en mis cuentos. De hecho, el microrrelato es una historia "más o menos" real.
¡Besiños!

Anónimo dijo...

En los brazos que esperaban con deseo mi llegada, encontré los mayores y mas profundos orgasmos. Inenarrables, son aquellos que te hacen perder el sentido y a los que se reacciona con una pasmosa lentitud de reflejos. Supongo que son lo mas parecido a una droga, pero jamas probé otra que no fuese esta. Ahora vivo bien, estoy bastante relajado, pero recuerdo con algo de añoranza, que no arrepentimiento, éstos dispendios.
Respecto a la definición de infidelidad, cada día todos somos infieles con nosotros mismos, negandonos aquello que a veces nos acerca, aunque sea momentaneamente a lo mas parecido a la felicidad.
PD. Las fotografías son preciosas muy bien seleccionadas. Todas tienen ALMA.